Sí, tengo una estrella azul sobre mi credencial, y a diferencia de la calcamonía naranja que advierte con no dejarme entrar en caso de volver a llegar tarde, ésta está muy adherida con cinta. Apenas hace unos minutos me dí cuenta y me hizo sonreir desde dentro, me recordó la llegada de los pájaros y su vuelta a "nuncajamás" (o dónde sea que estén), de la misma forma en que llegaron; se fueron, y bueno, así es como pretendo que esa estrella azúl pase a ser verde -pronto-. En la próxima temporada de migración llegarán todos los pajaritos, con novedades en sus movimientos y cantos, que darán cuenta de paisajes y experiencias adquiridas durante su vuelo.
pd. No haberme dado cuenta de que ya no estaban, es paradójico; no prestar atención a sus últimos días aquí me pone triste, no verlos lo suficiente para darme cuenta que ya se iban; al mismo tiempo me sugiere que no haberme dado cuenta que ya no están es porque siguen estando, cantando en las noches, adornando las sombras que veo por la ventana, acompañando mis sueños... sueños incitan un vuelo de pájaro.
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