diciembre 25, 2010

me llamo Xitlalli

Mi madre lo decidió así, desde luego como es usual no siempre me han llamado por mi nombre. Cuando era pequeña la hermanita de mi amiga me llamaba: chicalli porque no podía pronunciarlo (y vaya que perduró bastante ese sobre-nombre). En la primaria -y un poco después- mi padre me nombraba: Maclo, por el cuento de Joaquín y Maclovia se quieren casar, el aseguró que algún día tendría uno de esos romances interminables con alguien. Algunos amigos me llaman: Xitla, porque supone un signo de confianza y amistad. Mi madre a veces me dice sólo Xi, porque definitivamente quiere convencerme de hacer algo. Semestres atrás un amigo coreano me decía Shitlalli, por ondas de pronunciación, -Debra lo utiliza frecuentemente y genera, al menos, dos reacciones importantes: recordar a Sangmo y provocarme mucha risa. En la prepa la bolita de los burlones me llamaba: Tommy, por el parecido de mi tono de voz con cierto personaje de alguna caricatura, creo. Cuando conocí a Christián, él y sus amigas me llamaban: sonrics, les parecía tan extraño que pudiera reírme de cualquier cosa bajo ningún efecto. Mi tío dice que soy Felipa, según él no cabe duda de mi parecido con la tía abuela Felipa, algunas veces jugamos con los nombres y cambia a Jelipa.
Lo interesante de todo esto fue retomado ayer, en una de esas charlas solitarias de insomnio. Cabe aclarar que desde antier vivo con mi abuela, (serán pocos días, muy sustanciosos; me encanta esa mujer es toda característica, inteligente, misteriosa, irónica… pfff simplemente me encanta).
Ayer me levanté muy temprano a grabarle un disco a mi hermana. Minutos después de ésto, me volví a quedar dormida. Desperté muy tarde y mi abuela me encargó su mandado.
Era un hecho, ésta navidad pintaba a ser distinta; no había cena, regalos, familia unida... los anteriores años tampoco, pero al menos lo sabíamos aparentar con la cena y regalos. Ésta vez había: nada.
Salí a la carnicería para comprar la carne molida que necesitaba mi abuela, decidí primero pasar al banco a intercambiar un papel por dinero, o sea, mi cheque de diciembre. Ya en la carnicería -después de meditarlo un poco-  compré arrachera y chorizo, sin pretender nada fuera de depositarlo en el refrigerador y esperar a hoy para comer. En la tarde ví algunos capítulos de Daria -jajaja espero no me traume demasiado- y ya como a las siete, me marcó mi prima para saber sí podía pasar navidad con nosotros. Le conté la situación, se animó a llegar a mi casa. Por la noche propuse rezar un rosario, (para hacer algo que nos involucrara a todos). Mi abuela dijo que llamara a mi madre, hermana y prima para rezarlo juntas y así fue.
Alejandrína mi hermana, empezó con su dinámica rara y buscó en internet "el rosario navideño",  nos asignó roles -que dictaban lo que debíamos hacer-, canciones que debíamos entonar. Por supuesto ahí estaba yo con mi cara fea, pensando que me hubiera gustado hacerlo simple y significativo, en fin…
Lo divertido fue lo que a continuación pasó: mi abuela y mi madre se quedaron dormidas en el segundo misterio, me equivoqué en la lectura de Isaías, mi hermana se empezó hartar de lo que ella misma había impuesto/propuesto, y lo terminamos a la forma tradicional (rápida y sinsentido), repitiendo letanías y muertas de la risa por las prontas y repentinas resurrecciones de mi madre y abuela, que ocasionalmente participaban en oraciones y cantos. Hasta mi prima lloró de la risa porque mi madre de forma robotizada (más dormida que despierta) se levantó a adorar el niño Jesús, que estaba a unos metros en el nacimiento. Después fuimos a la cocina porque todas teníamos hambre, nos pusimos a cocinar de forma organizada/improvisada y hasta canté una de esas canciones navideñas conocidas como "villancicos"... Nos sentamos, oramos y cenamos. La platica fue ligera, cada una nos abrazamos por navidad y sin esperar nada me pude dar cuenta de que así es Xitlalli, fuera de las denominaciones ajenas, quien pudo participar en decidir  cómo querer hacer la navidad y lograr pasar por vez primera una navidad tranquila, armoniosa, diferente, bonita, importante y grande.

Pd. Muchas veces he soñado que las personas miran mis piernas peludas y me da mucha vergüenza, y me aterroriza ese sueño repetitivo, simultáneo y constante. Ayer lo volví a soñar, y por primera vez, dejó de importarme. No sentía desesperación ni angustia de tener mis piernas descubiertas y peludas, mientras los demás las observaban... no soy experta en sueños ni nada de eso, lo que intento decir es que me siento muy contenta de que haya desaparecido esa sensación extraña.

2 comentarios:

  1. Me encanta tú blog. Me encanta también la forma en que narras las situaciones de tu vida, me trasladan a vivirlo junto a tí, mientras ansioso de saber lo que pasa, leo cada una de tus líneas.

    Abrazos Xitla

    ResponderEliminar
  2. bonita! a menudo transformas del mismo modo tiempos y espacios cotidianos... y otros no tan cotidianos.
    te quiero :-)

    ResponderEliminar