Me da curiosidad husmear en el pasado, recordar qué era lo más motivante y cómo construía expectativas acerca del futuro.
Lo estoy diciendo todo muy atropellado. Representa un consuelo saber que este soliloquio mantiene un orden en mi cabeza y expresarlo se convierte en un verdadero alivio.
Hace un par de días ¿semanas?, me empiojé. Es horrible saber que hay un montón de parásitos en tu cabeza y que se multiplican. Yo me autoengañaba comprando mil y un remedios en contra de la caspa. La caspa más maligna por la que mi cuero cabelludo había atravesado. Eran viles piojos, qué asco y qué vergüenza, espero no haber contagiado a nadie y maldigo a quien me los pegó. Rascarme en la cabeza de por sí ya era un tic y ahora es otro chiste malvado en mi vida.
Ya no sé qué decir, espero puedas leerme sin rascarte y que ningún otro piojo se interponga ante mis cabellos y todas esas cortesías que uno se dice después de no verse desde hace mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario