Mayo, 2014
Mi Alamcillo
[Cuánto por decir,
cuánto por no decir].
Le he dado tantas
vueltas –en serio, demasiadas- y no logro convencerme. Es que, ya lo he dicho
mucho pero, te quiero. Y me siento una estúpida por ello. No es reproche ni
especie de “culpabilización”; pero, ¿Esto es en serio? (Nótese mis “peros” que restan
credibilidad y consistencia al argumento). De encontrarme en el peor escenario -imaginado
por mí-, pues tendré que precisarlo, nombrarlo, escribirlo. Por salud mental. Creo.
Pues
esto tiene que ver con una serie de procesos, que me gustarían traer.
1.
Alam
Como ya lo he dicho, me
gusta tu persona. Hay cosas tan bonitas que definen “al Guiri”, que me hacen
respetarte y algunas veces admirarte. Por ejemplo, tus cuestionamientos hacia
“la modernidaa’” sobre todo al modelo de las ciudades, y prestar atención “al
campo” (“modelo primigenio de comunidad, pero tampoco en su forma más romántica
y sobrevalorada”). La naturalidad para desenvolverte como crees que eres tú,
como deseas ser; me gusta que defiendas lo que te gusta y disgusta, que admitas
aprender cosas nuevas sin desechar completamente lo anterior. Disfrute mucho
ver tus modos de vida en Sevilla, tu literatura en el librero, el modo de
acomodar el ropero, tu cilantro, la alacena y la despensa, tu piedrita grabada
en el buró […] y me dio gusto que al final lograste adaptarte por allá. Me
gusta cuando me cuentas historias mitológicas, cuando haces cosas fuera “de lo
común”, como ese paisaje sonoro en whatssap o tus videítos bobos de youtube.
También me gusta la manera de relacionarte con tus seres queridos, tu abuela,
“el Omar”, “la Mitzi”, tus padres, “el Leonelcillo”. Me gusta el trato que
tienes hacia los demás, con seriedad y respeto. También he disfrutado mucho y
creo que es de las cosas que me parecen más valiosas, compartir lo más
cotidiano y “llano” del día a día, comer panes, platicar, beber alcoholes,
caminar juntos, pedalear, correr, cantar, llorar, reflexionar, reír, probar
cosas nuevas, tocarnos, cuestionarnos, leernos, cocinar, coger, ir al cine, que
me leas en voz alta, besarnos, abrazarnos, viajar/pasear […].
2.
Xitlalli
Definitivamente –y
aunque sea difícil que mi ego lo acepte- soy otra persona “a partir de ti”.
Descubrí a Xitlallitzin ante a situaciones nuevas; es interesante -por lo menos
me asombro a mi misma-, la forma en la que he ido desenvolviéndome frete a
ti/contigo. Primero los aspectos positivos, ja. Pues apostar mis fichas, y
entregarlas a la ruleta rusa, en todos sentidos, ir madurando respecto a mi
formación académica, mostrarme en una relación desde una faceta más natural y
real a como antes lo había hecho; que me conocieras en contextos (personas,
lugares, situaciones) muy míos. Wow, qué difícil escribir para alguien más lo
que uno piensa de uno mismo, y es que inevitablemente llego -a lo que por lo
menos hasta ahora- no podría significar como positivo, y son esa serie de cosas
que “ya sabemos”. Mis inseguridades, sentirme fea, gorda y tonta; invadirme por
una tristeza del tamaño del mundo, victimizarme, perderme, dejar de ocuparme en
mi, fincar mis prioridades desde tu persona, que mis estados de ánimo se apoyen
en lo que yo creo de ti -y no en cualquier versión, sino en la más gore-.
Sobredimensionar detalles y construir interpretaciones muy surreales
-negativas-.
[Paréntesis]
Es muy difícil, este
ejercicio, sobretodo cuando creo que ya no sirve para nada. Me siento muy mal, porque
a veces pienso que estoy dando mis últimas patadas de ahogado, y después
imagino dos posibilidades: 1.Dejarme hundir y esperar a que las cosas fluyan
como quiera que sea; o 2. Usar éstas últimas fuerzas y encaminar la situación
hacia algo no tan fatal. (Cuánto drama; es que, siento que “hoy todo me pasa”).
2.1
Xitlalli (parte dos)
Me enoja, a veces creo
que me resto dignidad a mi misma. Tanta importancia que le doy a esto, “tanto
buscarte”, tantas vueltas, tanta
energía. Qué estupidez, “tantas cosas importantes que tengo que hacer” y yo con estas mamadas. Y vuelvo a tu
argumento: Xitlalli, lo tienes todo. Qué absurdo, usar tus palabras de aliento
para ejemplificar “el deber ser”… y qué ironía pensar en que esta frase no se
convirtiera en: “Xitlalli lo tenemos todo” [...].
En
realidad sí me creo afortunada, tanta cosa que he vivido, personas (que están y
las que estuvieron; las que van a estar). Estudiar lo que una vez elegí,
dejarme sorprender por la antropología y pasar por los continuos procesos de
encantamiento-desencantamiento; caminar a mi paso, relacionarme con personas
tan valiosas y sentir su cariño. No lo sé, a veces me dejo engañar por lo
absurdamente sencillo, pero muchas veces también obvio lo sumamente complejo.
Volviendo
un poco, me gusta prepararme para ser fuerte, aprender a decir las cosas en voz
alta, sorprenderme por formas de pájaros y de flores. Sentirme satisfecha por
lo que tengo y por lo que no, entender cuáles son las cosas que quiero, dejar a
un lado lo racional y sólo sentir. Me gusta superar retos y que lleguen nuevos.
Y empezar a cuestionar lo que ya tenía como único y definitivo, desapegarme de
fantasmas viejos y que éstos lleguen con otros nuevos [...].
[Paréntesis dos]
No me gusta saber que
escribo para ti, porque me veo en la necesidad de maquillar mis palabras. Y
pasan muchas cosas por mi mente que me dan “pena”.
3.
Nosotros
[Uy, qué complicado,
tal vez está de más aclarar que esta sólo es mi versión]. Sobre el cómo empezó,
tsss en serio fue algo que no me esperaba, jamás lo hubiera creído… Y estábamos
ahí, caminando sobre federalismo en dirección a “la Pulkata”, y me dejé
encantar por tu “naturalidad” para hablar, para conducirte, incluso ya en los
primeros días, para tocarme. Y sólo fluyó, innecesarios eran los “esfuerzos
artificiales”, todo era a base de “intuición y creatividad”. Me dejé sorprender
por ti, y me encantó/me encantaste. Después, había que festejar tu cumpleaños;
yo ni siquiera sabía que era ese día, tus primeros 21 años –qué vieja me hacía
sentir ello, siempre pensé que eras más grande-. Y desde ahí, un hecho tras
otro; una historia tras otra.
La Fuente/Comala/Cajititlán/parque
metropolitano/agua azul- bar Martín/festival hare krishna/San Juan de Dios/
teatro del IMSS/cine/cineforo/”hoteles varios”/casa de Mitzi/mi casa/tu casa/casa
de Omar/casa de tu abuela/Zapopan- pulque/festival japonés en la escuela de
María/Mezcala/panaderías varias/Amatlán de las Cañas/España/Tlaquepaque/San
Miguel Cuyutlán/paletas de tamarindo/lonches parque Morelos/tortas ahogadas
cerca de medrano/picones de San Juan de Dios/colados del centro/guanábana/¡churros
de mi casa!... y de tu casa también pues…/mi pastel de cumpleaños de zanahoria/Lonches
Amparito/Catedral (museo de arte sacro)[…].
[Paréntesis tres]
Qué “cagado”/miserable,
disque iba a ser un recuento sistemático de “nuestras historias”, y ya
viéndolas fríamente, uyy pero cuáaaantas. Ja, chale.
4.
Tú
Sí, llegó la hora de
los reclamos en voz alta. Y empezamos con el estúpido trámite para el
intercambio. Fue decisión tuya no darle importancia, porque era algo tan
incierto que no valía la pena considerar. Involucrarme en ese proceso: decir
unas cosas/ callar otras; hasta que la noticia apareció: ya estabas aceptado en
Sevilla, pero como todavía no había certeza, había que esperar a que se
concretaran más cosas. Después tu hartazgo hacia los trámites, la presión que
suponía separarte de tus seres queridos –tanto la que asumiste, como la que te
otorgamos-, tus inseguridades/¿ó seguridades? que se tradujeron en tu mamada
más grande: “distancia sentimental”. La forma en la que creíste resolver las
cosas, “dándome” tiempo [no
sé cómo el deseo de estar conmigo se transformó en una especie de
condescendencia obligatoria], huir con el Omar, ausentarte de tu casa. Después,
todo iba concretándose, la beca de allá, la de aquí, el vuelo… menos el cómo lo
íbamos a manejar. Menos el qué significaba en términos concretos para ambos no
estar juntos… “Xitlalli, claro vamos estar lejos pero el contacto sigue,
tampoco me voy para siempre” [...].
[Paréntesis cuatro]
No hay paréntesis
cuatro.
5.
Yo
Cómo dejé pasar tantas
cosas, cómo me convertí en eso que me encabrona más: asumir el papel de la
pasiva/sumisa. Me he odiado por eso, toda mi lucha se vio condenada al
estancamiento; mi lucha de decir con
signos de exclamación: Sí, soy mujer y me encanta. Soy mujer y precisamente mi
hacer es político (en el sentido más existencial). Es completamente una
contradicción, es absurdo pensar que ese día en el que decidí ignorar los
planteamientos machistas de mi padre y empezar mi camino direccioné todos los
esfuerzos al mismo punto de partida. Qué asco. Tal vez sólo es comodidad, tal
vez sólo es más de mi paranoia, y en absoluto tiene que ver con cuestiones de
género.
Y sí, también sé que lo
del trámite, en realidad sólo fue cuestión de paciencia, porque parecía sensata
la propuesta de obviarlo; no podíamos estar condenados a algo que ni siquiera
existía.
[Paréntesis cinco]
Quisiera gritar y
llorar, y aventarme por una ventana. Es una emoción que me “consume”. Lo bueno
es que a ti “te vale verga” porque “así eres tú”.
¿Exceso de paranoia o
exceso de sensatez?
6.
El después
Sobre mis expectativas,
quiero decir que han ido “transformándose”. Pero en cualquier caso, creo que
estará bien hablarlo. Evitando mamadas, dramas, ambigüedades [en medida de las
posibilidades, sobre todo de mis posibilidades, ja]. Yo no sé si después todo
esto queramos: ¿“construir”? Lo que sí sé, es que “por lo que sea”, me he
“intenseado” últimamente. Sólo basta decir, que mi situación es sencilla, claro
que estoy enamorada de ti, claro que guardo muchas sensaciones positivas hacia
tu persona, claro que no me interesa salir con nadie más, claro que estoy
dispuesta a no apresurarme y tomar una decisión “fácil”, y de igual forma estoy
dispuesta a trabajar cosas, claro que entiendo que Alam no se reduce a sexo,
compañía, condescendencia, o destrucción y, precisamente por todos los aspectos
positivos, como la idea de comunidad, respeto, solidaridad, cariño y amor, sigo
manteniéndome en lo que asumí antes de regresarme de España: esperar a que
llegues acá “y probar suerte”.
[Paréntesis seis]
A veces me pregunto,
¿Qué soy para ti? ¿Lo tendrás claro? ¿Cómo
habrá sido en realidad tu estancia por allá? ¿Cómo te haz sentido? ¿Tendrás
“planes”/ estoy en ellos/ de qué forma? ¿Qué esperarás de mí? ¿Compartiremos
sentires? ¿Sobre tu comentario en España de “el trato y la convivencia
próxima”, fue pura diplomacia/ escape rápido/ o fue en serio? ¿Por qué no
quisiste coger conmigo? ¿Hay “otras personas”? ¿Qué de todo lo anterior es
cierto? ¿Será que estoy en un tipo de esquizofrenia? ¿Será que mi locura
terminó hartándote? ¿Será que sólo es el resumen de mi vanidad e insistencia de
sólo pensar en mí?
7.
El tiempo/Nuestro tiempo
Me gusta que respetes
mis espacios y ritmos; agradezco por esperar a coger cuando y como lo propuse. Me gusta que seas paciente y
estés conmigo. Me gusta cuando lloro y me abrazas. Me gusta amanecer contigo.
Me gusta sentirte “con todos mis sentidos”, incluyendo leerte y escucharte en la distancia. Me gusta
que me hagas enojar y me alcances cuando “me pongo los nike”. Me gusta que tus
preocupaciones se conviertan mías y las mías tuyas –ja, qué enfermo-. Me gusta
cuando me quieres en silencio (como cuando fuiste a buscar retazos de telas
para mí). Me gusta que manifiestes tú humor negro –en la mayoría de las veces-.
Me gusta que me cuentes historias tuyas. Me gusta que te vistas de rojo, pero
que siempre predomine el negro. Me gusta que tus gustos musicales sean tan
“incompatibles entre sí” y saber que te pones shampoo extra- alisador. Me gusta
que notes que somos diferentes –como la forma en la que recordamos lugares- y
otros detalles que me haces saber. Me gusta que digas cosas que no me gustan.
Me gusta que me conozcas tanto (aunque eso denote lo predecible que soy). Me
gusta que me propongas hacer cosas nuevas (saltar aunque me de miedo, comer
puerco aunque odie su olor, comer codorniz aunque me aterre). Me gusta cuando
cocinas para mí y cuando me compartes de tu lonche. Me gusta saber detalles de
ti. Me gusta tu modo de hacerme reflexionar sobre mis ideas, hasta las “más
románticas”. Me gusta conocer de tu “intelecto/sapiencia” académica y
literaria. Me gusta que desees mi felicidad y que sobre todas las cosas esté
bien. Me gusta tu sensibilización respecto al “medio ambiente” y las formas que
existen de vida en general. Me gusta que compartas conmigo tu cepillo de
dientes cuando no tengo. Me gusta que te guste 31 minutos. Me gusta que dejes
que las cobijas se caigan al piso de mi lado. Me gusta que sepas a qué huelo.
Me gusta cuando nos bañamos juntos. Me gusta que sepas que siempre me embarro
de comida la ropa. Me gusta haber superado la prueba de cagar cuando estamos en los mismos espacios. Me gusta cuando
me platicas cosas que no sé, sin la pretensión de “enseñarme”. Me gusta que
seas humilde y sencillo. Me gusta que quieras tanto a tu papá. Me gusta recibir
tus regalos –siempre poseen algo muy significativo-.Me gusta cuando alcanzas la
coherencia entre lo que dices y haces. Me gusta estar con las personas que más te
importan. No me gusta cuando no me dices cosas que afectarán a los dos. No me
gusta estar frente a tus conocidos y sentir que sobro en ese lugar. No me gusta
que repitas que no te importa y que eres feliz de ser así. No me gusta que seas
huraño con mis conocidos. No me gusta la aparente desacreditación que haces a
mis “intereses políticos” (aunque luego me digas que te gusta saber que espero un
mundo mejor). No me gusta que calles sentimientos y situaciones que no te
gustan. No me gusta que no te sujetes en mí, como forma de manifestar tu
confianza hacia mi solidaridad/reciprocidad. No me gusta “persuadirte para” que
hagas algo. No me gusta la sensación de haber sido despedida de tu
cotidianidad. No me gusta hablar mucho y no escuchar como lo haces tú. No me
gusta que cedamos cuando no queremos. No me gusta que me olvides. No me gusta
tomar decisiones dando por hecho que tú estás de acuerdo; no me gusta pensar o
sentir por ti. No me gusta la sensación de pensar que no te conozco mucho. No
me gusta que a veces estés triste. No me gusta no ponerme en tu lugar. No me
gusta hacer berrinche para llamar tú atención. No me gusta sentirme sola
estando contigo. No me gusta fabricar expectativas que no se finquen en nuestra
realidad. No me gusta hablar tanto de “nosotros”, sin sentirte de verdad dentro
de la categoría. No me gusta que no sepas lo que quieres o que lo sepas muy
bien y yo no. No me gusta cuando hablas feo de tu mamá. No me gusta cuando
deseas guardar cosas sólo para ti de forma egoísta. No me gusta que le demos
importancia a las cosas “ya hasta el final” [...].
Y bueno, esto ha sido
producto del tiempo, de nuestro tiempo, de nuestro ritmo. Que disfruto y a
veces sufro también.
[Paréntesis siete]
Seguido que salgo de la
escuela camino sobre federalismo te recuerdo en nuestros paseítos; seguido que
como panes, también.
8.
Un poco más
Chale,
esto sí va ser lo más visceral.
Cómo
chingados especulé el viaje a Madrid, en qué chingados basé mis sentimientos,
cómo chingados voy a salir de esta. Cómo chingados permití/permitiste/permitimos
tanto, cómo chingados te “des-enamoraste”; por qué no me fui a Barcelona, por
qué sigo creyendo que te importa. Maldita sea, ¿ya mencioné que maté a María?
Alam a veces nos hacemos daño y no sé […] siento que raya entre lo masoquista y
en cuanta patología existe. Chingadamadre en ratos también me emputa. Cómo es que en tus primeros días de
por allá sí me recordabas con gusto/¿amor?;cómo es que me “probaste” publicando el video en el muro
de Mitzi. Qué “asco” me doy por no decir todo esto.
De igual forma, híjole,
esto también podría ser otra alucinación mía, pero “ya ni pedo”, ya lo estoy
escribiendo (ja, amo los gerundios). A veces, cuando reviso mis notas sobre
todo eso que alimenta mis esperanzas políticas, pienso en el famoso concepto “impasse”, y siento que todo lo anterior
forma parte de un proceso. Un proceso que se vincula con otros procesos
nuestros. Que la forma en la que hemos ido resolviendo la vida (REAL, no la que
se anuncia en las revistas) es un diálogo abierto a nuestros modos de hacer/sentir/pensar.
Que cierto o no, las impresiones que acabo de nombrar, han ido trazando un ruta
muy especial, porque ha sido nuestra.
Que lo que en apariencia es la historia más miserable del mundo, simplemente es
la historia que hemos hecho, lejos de los referentes de los “otros”. Que si a
veces me desespero porque no se parece a
lo que antes había experimentado o a lo que puedo advertir de “los demás”, es
parte del proceso de estar y no estar contigo; de querernos como hemos querido,
y no querernos como también hemos querido. Alam gracias por todo esto que me
das. Sinceramente a veces me rebasa de tal manera, que no me “queda de otra”,
más que de crecer y creer en que sí es posible. Y bueno, lejos de todas las
cosas que me quedan por trabajar en mi persona, quiero decir que tu estancia
allá en España fue de las cosas más necesarias para “alcanzar” lo que somos
ahora. Yo no quiero “coaccionarte”. Mi voluntad la he depositado en dejar fluir
la “incertidumbre” (ó lo todavía no hecho) que colorea y sonoriza mis días.
Creo que aún no he permitido dejarme encantar por todos los aspectos positivos
que subyacen a nuestra historia, y a lo que somos cada uno. Y tal vez tarde o
temprano como lo señalaste en algún momento, veremos nuestras fotos y
recrearemos momentos juntos para sonreír
desde dentro, sin preocuparnos, o siquiera recordar todo aquello que desde un
principio careció de importancia.
[Paréntesis ocho]
-Nunca
olvides que te quiero.
-Tampoco lo olvides tú.
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