diciembre 28, 2009

YO


NOMBRE: Xitlalli Martínez González
OCUPACIÓN: Estudiante
LIBRO Y OBRA DE TEATRO: Canek ("marionetitas")
BEBIDA : Minerva Imperial, Boing (fresa)
PINTOR : Van Gogh
CARICATURISTA : Quino
LUGAR PELIGROSO: Camión
POETA: mmm! Sabines, Girondo, Benedetti...
PASATIEMPO: Andar en bici, dormir en la calle
AMIGO COREANO: Sangmo
MEJORES AMIG@S: Brianda, Kiara, Debra, Ruth, Itzel, Nayeli, Miriam, Paulina, Susana, Mafer, Christian, Jaime, Rodo, César...
MANÍAS: Mayonesa, Piña, Limón, Café
PELICULAS: París (Kaplish), Descubriendo el país de nunca jamás, El club de la pelea, El ejército del arcoíris, El día que ví tu corazón, Annie Hall, La vida en rosa, El tigre y la nieve, Persépolis, Los nombres del amor, ¿A dónde vamos ahora?, La vida en un día...
VIAJES: (ASTRALES NO) Chiapas, Michoacán
CORRIENTE ARQUITECTÓNICA: Gótico
ENFERMEDADES: Dermatitis, Asma, Desviación del tabique...
HERMANA: Alejandrína
NIEVE: Vainilla
LENTES: .5 (astigmatismo/miopía)
LIBRO DE LA INFANCIA: Harvey Ángel
CARICATURA: 31 minutos, Tracey Mc Bean
DESEOS: VIAJES, APRENDER IDIOMAS, PATINAR, NADAR, crecer, saber, compartir
DATOS CURIOSOS: Soy zurda, use botas ortopédicas por siete años, me encanta decir poemas, trabajé tres años en una cremería, nunca he rebazado el capítulo tres de rayuela (espero a estar enamorada para hacerlo), en mi casa aman las mascotas y pasan desde gallinas, palomas, canarios, conejos, patos, pericos, pichones, peces, tortugas, perros, pero, siempre predominando los gatos. Evito en la medida de lo posible beber Coca-cola, tengo serios problemas a falta de almohada, calcetines y guarda para dormir. Fuí explusada de la secundaria por quince días, durante un tiempo estuve muy interesada en la teología. Soy sarcástica, alguna ves un niño me denominó: "Eres una mala persona, salida de la cárcel aquí en México". Nunca me he roto ningún hueso, ni me a picado alguna abeja, de niña me daban mucho miedo las mariposas, tengo pésimo sentido de orientación.

EXTRAÑO, CÓMO CON "B" DE RINOCERONTE

(El texto que presento a continuación fue elaborado del día 14 al 25 de Diciembre; el tiempo en que se desarrolla es zigzag) 
Salpicando levemente el polvo desprendido del pavimento, enrojecida o tal vez con un tono más verde o quizá morado, te despediste. Sí, con un con beso dulce y cortés -no sé si digno de la ocasión-, levanté la mirada y alcancé a emitir una sonrisa no fingida pero tampoco firme.  
Es extraño, el día es extraño, el vuelo del pájaro, el chillido del motor incesante del camión, la mirada esperanzada del vendedor de libros, en el momento donde un tipo toca su guitarra y la gente lo ve y admira. Todo es extraño y perturbador, seco y agrio. No es que antes fuesen distintos o "normales", simplemente se han vuelto tan insoportablemente cotidianos, que no me es preciso definir desde cuando pasaron a ser tan comunes. Es cierto, que aún mis pensamientos no son claros ni coherentes, pero éste paso fue impredecible, es tan incierto como las terapias  en el gallo de oro y en los churros, en compañía de algunas de mis mejores amigas. 
Podrías decirme que hoy es lunes y que vendrás a las tres, justo después de que salga de mi servicio social, y diré que debemos darnos prisa para alcanzar a Debra y saber qué pasará respecto al trabajo de el mercado Corona; compraré un boing de uva (el más artificial para gusto de Debra) y pasearemos por los rincones del CUCSH. Pienso que tal vez compartirás algunas particularidades de tu mundo, y después, de la nada brotara una risa mala, burlesca e irracional para todos, menos para ambos, que entendemos el lenguaje creado por los dos y para los dos -donde nadie tiene derecho a intervenir, criticar o exterminar, a excepción de ambos-. Porque tenemos un acuerdo... ¿recuerdas? (el modo de estipularlo, "las figuritas" que emanaban de una de las torres del expiatorio y la extrañeza de elaborar un discurso en el que estuviéramos de acuerdo, buscando palabras bonitas para no ofender al otro, los nervios de no saber qué seguía o qué acción era prudente en ese momento). Nuestros días de enfermedad y/o accidentes, la energía positiva liberada en un beso tímido, mis terribles paranoias y tus burlas no dichas hacia mis más absurdas estupideces.  [...]debo apurarme para no ser tan impuntual, es una pena hacerlo esperar -a pesar de las feas marcas en mi cuello-; correr un poco para contestar a su llamada y evitar que mi abuela "grite dulcemente" y atente su tranquilidad.  
No entiendo. No quiero entender. Quiero disfrutar ese característico olor, donde mi cuerpo te reconoce y se intimida, mirarte hasta burlarme de tu aflicción de no saber qué habías cometido, y simplemente o escasamente, tratar de entendernos mutuamente, y entrar a la armonía de poder coexistir, a pesar del desacuerdo de nuestros pensamientos diversos que constantemente buscaban complementar nuestra miope visión del mundo. 
Cocinar nopales por vez primera: ¡ahhg! qué horror fue haberlos visto antes de llevarlos a casa de Ruth, (pasó por mi mente que semen de kitler se había derramado ahí, hasta que mi madre me aclaro que era normal). Y estabas ahí, con tus botas que compraste en León, me presentaste a Fendri...segundos después acepté ser tu novia, nuestro primer día. :)  
Tu cara rara al estar rodeado de feministas, buscando la reivindicación de sus derechos, el tour por el CUCEI, -que más bien se trato de un paseíto por los basureros y piso de tierra-, llegar al pasto y provocar mi olvido hacia Kiara. 
Porque es sorprendente librarse de prejuicios tontos y escuchar a Paul tocar el serrucho, a Tzintzuni cantar y a Christian tocar los bongos. Saber que estamos en el Cineforo, enfrente de cualquier pared roída por el tiempo, el tiempo inmutable que no se cansa de recordarme, la fecha, el color indesible de mi mirada triste o la ternura de las preocupaciones que despierto en personas ajenas a nosotros dos. Quiero que muerdas mi oreja derecha, que seas resuelto en el hacer de cualquier cosa, que me tomes fuerte y no dejes que me vaya, porfavor,  no dejes que sienta indiferencia hacia esta situación horrible.

Dormir bien, ya no es elegible en éstos momentos; es un insomnio desgastante, lacerante. Es, tal vez, impotencia de no poder ayudarte con tu crisis, ¿Hice bien en dejarte ir? ¿Debía actuar de otra manera? Mi niño distraído… ¿Estarás bien? ¿Cómo son las cosas con tu madre? ¿Y tu nuevo empleo? ¿Fuí parte de tu crecimiento, o sería al contario? ¿Tengo derecho a escribir éstas líneas?
Éstas -y más preguntas- atormentan mis noches, es una saturación de pensamientos entremezclados que no dejan liberarme de la situación extraña. Es tormentoso imaginar la noche sin sueño, con nuevas, recurrentes y simultaneas incógnitas que impiden mi descanso. 
No olvido hacer "oración" (mi acción más importante del día), agradezco mi existencia y lo maravilloso que soy capaz de vivir, las personas que son muy importantes en mi crecimiento, las personas que tal vez se han alimentado de cualquier cosa insignificante de mi presencia, concluyendo generalmente, en mi anhelo de justicia en el mundo. 
Así, dormir es toda una travesía, y ni mencionar soñar (porque verdaderamente sería utópico, simplemente pensarlo). Llorar es aún más difícil, -no niego las lagrimas que caen-, pero en verdad, he considerado al menos una escena tipo película: “El club de la pelea”.
Como terapia es interesante recurrir a mantenerme ocupada, hacer limpieza exhaustiva, caminar, cuidar a mis pequeños sobrinos malos, intentar cocinar, pelear con el gato, etc. Y no es que sean malas opciones o que me desagrade realizarlas, pero no es suficiente. Por eso esto de la “escribidera”, porque pensar/vivir y escribir es algo muy distinto, que muy probablemente hago mal, -pero parece liberador (no en el amplio sentido de la palabra, claro)-.
Llegó el día: ¡Posada de cumbias con Itzel! Y yo, aquí tan inmóvil, patéticamente deprimida. Christian abrió la puerta, bajó las mil un escaleras para recibirme; y en cuanto llegamos a la parte de arriba: me entregó mi obsequio de cumpleaños relativo... ¿Tan mal me percibía? ¿Qué fue lo que determinó que fuese ese día? (o tal vez sólo necesitaba más espacio en su cuarto) -sí, yo y mis alucines paranoicos que suponen entender la lógica de los demás-. 
Supuse que se trataba solo de otra de las fiestas divertidas con mis amigos de la prepa, no obstante… cada escalón, la bardita quebradiza, la vista desde esa terraza, se conjuntaban en un recuerdo, en tu recuerdo[...]  
Fue algo inesperado. Para empezar pido una disculpa a nombre de actitudes castrozas en las que haz tenido que soportarme... ¡tu brazo! ¡quedarme dormida encima de ti! -prácticamente- después de ese momento especial (qué cursi soy, así lo sentí). Enumerar los días desesperantes, no equivalen a lo que fue experimentarlos; y saber que tú: mi niño, mi niño bonito, quién está igualmente dispuesto en momentos de euforia y/o depresión, “a quién al mundo no se le puede negar”, que estuvo al pendiente de mí, -qué enfadosa soy- bueno igualmente estarás, porque sé que no te irás, tu no, -simplemente ya no es posible-.
Recobrar la paz que tanto busqué, fue ese momento, -pero no sólo eso, estar precisamente ahí, en ese tiempo contigo, me permitió encontrar mucha confianza y seguridad, tal vez no todo lo debo a tu compañía y preocupación, insisto, estabas ahí, conmigo-. Protegida, segura, plenamente convencida de mirar el tiempo tan ajeno al dolor; transformar cada mirada y sonrisa en confianza. Entender que podía estar ahí sabiendo que no soy una extraña ante tus ojos, tu mirada buena. Pensar, que como tú dices: el significado de nuestras mensadas es el que importa -para continuarlas y sin duda, no olvidarlas-.
En ese momento supe que soy yo, la persona que va en contra de reproches y arrepentimientos, que no permite causar culpas en los otros y que busca perfección gracias a su condición de perfectible. Sentir el cariño que tienes hacia mi persona fue especial. GRACIAS. Me haces recordar quién soy y me encanta el modo de intentar mantener que sea yo. Christian, nuevamente estoy en deuda con tu persona ¿Pueden ser abonos facilitos? No es cierto, -porque nunca lo cobrarías o bueno, si tan mal va la cosa, vendrán tiempos mejores, supongo- ¿Habrá más marihuana como agente terapéutico?
       

Hay una sensación de vacío y de melancolía que recorre mi persona, ¿Merezco tanta grandeza? Quiero no sentirme inferior al momento... poder decidir que exista; definirlo, darle forma, encontrarle sentido, digerirlo, vivirlo, gozarlo, meditarlo.   
¡Nooo! Ya no es posible. Está extinto, o mejor dicho: no está. Porque así fue -y no entiendo cómo después podré agradecértelo-. Por ahora vuelvo a pensarte; a degustarte; a sentir tu braquet con ligas transparentes que recorre mis labios... ¿Y sí todo fue producto de mi imaginación? ¿Tal vez ni siquiera llega el momento de rendirle homenaje a ese sujeto magnánimo, o con tus palabras, al poeta muerto? ¿Será que a causa de estrés estoy en un sueño largo, como diría Sabines?
         ¡Oh por Dios, oh por Dios!
         Ya todo es claro, conciso, irreversible.
Tanta realidad me enferma, me encabrona, me decepciona. Después de ésto, no queda más, ya no hay que pensar en bajezas, no las consideraré lejanas... En encuentros que no serán, en tiempo que es relativo... 
Porque hay tiempo para besar; reir; soñar; divagar; llorar; saber; pedir; ocultar; entender y vomitar.


Sólo dime una cosa Héctor... ¿Podrías saludarla de mi parte y comentarle que es absurdo quererte tanto?


Nota Final
No debo perdonar nada, estoy contenta de haber compartido momentos tan bonitos contigo, haber alcanzado objetivos respecto a mi persona  y sentir ésto tan complicado que tal vez, se llama amor. Héctor si en verdad supones haber aprendido algo, hazlo poniendo atención a detalles -muchas personas "dependen" de ti-, las palabras pronunciadas por mi parte no las dejo de sentir. Sí estoy orgullosa de ti; pero al mismo tiempo quebrantaste lazos, el ocultarme hechos. Es la parte que no tolero y me decepciona, (trabaja en perdonarte a ti)  espero estés con alguien que se ajuste a tus necesidades, de nuevo,  gracias por lo demás y adiós.
XITLALLI MARTÍNEZ GONZÁLEZ
DIC. 09
“Ni le extrañaba ni podía culparlo; y esto no consoló su dolor ni atenúo su desesperación, sino que sirvió para que la joven se diese cuenta de sus propios sentimientos, y nunca sintió tan sinceramente como en aquel momento que podía haberlo amado, cuando ya todo amor era imposible”. (Austen 2009, pp251)